Estuve en mi lote de viernes a domingo, carpa, parrilla y bidones de agua. No falto un tinto. La experiencia fue hermosa, el clima acompaño, el viernes estuvimos con familiares que se fueron a la tardecita. Despues nos quedamos mi esposa y yo solitos. La noche fue magica, luna llena , bichitos de luz, un fueguito al que alimentabamos con ramitas del lugar, muchas estrellas y los sonidos del delta. Los mosquitos molestaron muy poco. El unico inconveniente fue a la noche, se nos desinflo el colchon inflable, no por efluvios y pasiones amorosas, sino porque se le rompio un tapon. Dormimos mal y nos levantamos doloridos. El sabado conocimos a nuestro vecino de enfrente, decir macanudo y un tipazo es poco. Nos dio hielo, con maña fabrico el tapon del colchon con una amoladora y un pedazo de plastico viejo. Charlamos bastante, es dueño de una quinta que hace 85 años pertenece a su familia. Una suerte tener un vecino asi. El sabado vino nuestra hija mayor y se quedo con nosotros hasta el domingo. A la tardecita nos volvimos, muy poca gente en el rio. El proximo sabado voy aunque diluvie.