Continua...
Los viajes por el campeonato, yo siempre iba, mas tarde como jugador me venían a buscar a mi casa, yo me negaba a ir, ya tenia otra razón para no ir… estaba allá en Celulosa del Bravo “La Papelera” y… me esperaba, solo que yo no lo sabia, entonces armaba el bolso, los botines, las medias, las vendas, el pantalón de futbol, toalla, desodorante, etc.…y me iba, era la mejor manera de evitar que me ignorara, que volviera a decirme que no me quería.
No recuerdo el nombre de mi primer beso, mi primera…. (Novia?) Si su cara, el lugar, pero no el nombre, cosa rara la memoria, guarda recuerdos dolorosos, algunas veces tristes pero no este, vivía en La Paloma, eso si recuerdo, también el sabor de los besos, es raro el sabor de los besos, cuando la mente de la otra persona se resiste, el sabor es otro, es insípido, cuando se brinda es como una melodía sin tiempo, sin ruidos, solo los dos…fundidos en uno, simbióticos.
Los bailes del Club Juventud Unida tenían la adrenalina de lo prohibido, no se porque, si con ella no teníamos nada… pero yo sentía que la estaba engañando, muchos besos con otras chicas, otro baile, otra cara y yo buscando el sabor de ella en cada una, no se por que me era bastante simple…”levantar chicas” como se decía en la época… solo besos y nada mas. Sin química, sin ese sabor que derrite, que relaja el alma y el corazón, que calla el inconciente.
-¿Que razón había para, hoy, no querer bailar?
La razón es, y hoy lo descubro, no tiene un objetivo concreto para mi, el baile era para mi seducción, romance, un objetivo claro, cuando no hay objetivo, no hay disfrute el baile, entonces, bailo un rato y… me aburro, ya esta, los veo a mis amigos bailando, riendo, disfrutando y pienso que me gustaría hacerlo, disfrutar de esa manera. ace poco hice una fiesta en mi barrio… vinieron dos mujeres, quisieron sacarme a bailar, las dos juntas, baile con ellas, recordé una situación parecida en el Bravo, en un baile, allá era otra cosa