Mmmmmm... no estoy tan seguro, holucas...
Hace tiempo vengo estudiando la idea del muelle flotante, y aprendiendo de éxitos y fracasos. Cuando salgo a remar observo cómo intentaron resolverlo otros, y después de ver algunas experiencias frustradas (el viejo muellecito municipal al lado de Prefectura, en Tigre, o un par en Canal Rompaní, por ejemplo, escorados al límite), me convencí de que no hay que amarretear en cantidad de flotadores.
Creo que cuanto más se puedan poner, no sólo se asegurará mejor flotabilidad, sino que tendrá mayor despegue del agua (si fuera un embarcación, se diría que tiene más francobordo), y sobre todo: mayor estabilidad (no es cuestión de pararse en una esquina del muelle, y que se incline y te caigas al agua).
Un abrazo,
Osvaldo.