El Juez libero la carta de la desicion final del Dr Rene Favaloro.....
Si se lee mi carta de renuncia a la Cleveland Clinic, está claro que mi
> regreso a la Argentina (después de haber alcanzado un lugar destacado en la
> cirugía cardiovascular) se debió a mi eterno compromiso con mi patria. Nunca
> perdí mis raíces.. Volví para trabajar en docencia, investigación y
> asistencia médica. La primera etapa en el Sanatorio Güemes, demostró que
> inmediatamente organizamos la residencia en cardiología y cirugía
> cardiovascular, además de cursos de post grado a todos los niveles.
> Le dimos importancia también a la investigación clínica en donde
> participaron la mayoría de los miembros de nuestro grupo.
>
> En lo asistencial exigimos de entrada un número de camas para los
> indigentes. Así, cientos de pacientes fueron operados sin cargo alguno. La
> mayoría de nuestros pacientes provenían de las obras sociales. El sanatorio
> tenía contrato con las más importantes de aquel entonces.
> La relación con el sanatorio fue muy clara: los honorarios, provinieran de
> donde provinieran, eran de nosotros; la internación, del sanatorio (sin duda
> la mayor tajada).
>
> Nosotros con los honorarios pagamos las residencias y las secretarias y
> nuestras entradas se distribuían entre los médicos proporcionalmente.
>
> Nunca permití que se tocara un solo peso de los que no nos correspondía.
>
> A pesar de que los directores aseguraban que no había retornos, yo conocía
> que sí los había. De vez en cuando, a pedido de su director, saludaba a los
> sindicalistas de turno, que agradecían nuestro trabajo.
>
> Este era nuestro único contacto.
>
> A mediados de la década del 70, comenzamos a organizar la Fundación. Primero
> con la ayuda de la Sedra, creamos el departamento de investigación básica
> que tanta satisfacción nos ha dado y luego la construcción del Instituto de
> Cardiología y cirugía cardiovascular.
> Cuando entró en funciones, redacté los 10 mandamientos que debían sostenerse
> a rajatabla, basados en el lineamiento ético que siempre me ha acompañado.
>
> La calidad de nuestro trabajo, basado en la tecnología incorporada más la
> tarea de los profesionales seleccionados hizo que no nos faltara trabajo,
> pero debimos luchar continuamente con la corrupción imperante en la medicina
> (parte de la tremenda corrupción que ha contaminado a nuestro país en todos
> los niveles sin límites de ninguna naturaleza). Nos hemos negado
> sistemáticamente a quebrar los lineamientos éticos, como consecuencia, jamás
> dimos un solo peso de retorno. Así, obras sociales de envergadura no
> mandaron ni mandan sus pacientes al Instituto.