Viví hace unos cuantos años en el sur de Mendoza, disfrutando muchísimo la riqueza frutihortícola de la zona. Aprendí mucho de la gente de campo y su habilidad para hacer su provisión de productos para todo el año. En más de una oportunidad hicimos así el dulce de cayote o alcayota, siguiendo la receta de los lugareños:
Se coloca la alcayota (es como un melón, de cáscara finita) en una olla grande, se la cubre bastante con agua y se pone a hervir. Esto es para separar la pulpa de la cáscara. Después de un tiempo que tiene que calcularse a ojo, se verifica rompiendo una partecita de arriba de la cáscara para ver cómo está la pulpa, que se debe desprender fácilmente.
Se la saca y se espera que enfríe un poco, se la envuelve con un repasador, se rompe con cuidado la cáscara, y con una cuchara fuerte se la vacía de la pulpa, que parecen fideos transparentes. Como la cáscara es finita, se aprovecha prácticamente todo.
Se pasa la pulpa a otra olla, se agrega azúcar a gusto (nosotros la hacíamos en cantidad moderada), y se calienta a fuego lento hasta el punto adecuado, cuidando que no se queme, agregando un chorrito de agua si se la desea más liviana.
(Uuuuuu... contándoles la receta se me hizo agua la boca...!).
Mucha suerte...!
Osvaldo.