RISOTTO AL FUNGHI:
(Receta para Hombres)
(Introducción)
Las características de tu compañera de esa noche las elegís vos: edad, peso, altura y condición. Pero nunca cocines Riosotto cuando estés solo. Porque el Risotto, como el amor, se hace de a dos. Y no hay mina que se resista cuando un hombre les cocina. Fantasean con eso. Les encanta, Creen que les vas a cocinar toda la vida. Y si tenés la suerte de tener un coto de caza en el Delta, con la chimenea en llamas y el atardecer en tinieblas, esta receta garantiza al ciento por ciento el resultado.
Mientras la presa (me refiero a tu compañera de esa noche) da vueltas por ahí y revisa tus libros, la forma en que colgás las camisas en tu ropero y elige un CD, vos preparás lo siguiente: (a) una sartén de bordes altos; (b) una sartén más pequeña; (c) 1 cucharada de manteca (de las de té) (b) aceite de oliva; (c) Una cebolla chica bien picada (ojo lavate las manos que el olor de la cebolla no les gusta cuando las tocás y se ponen locas); (d) setas: hongos de todo tipo cortados en láminas, inclusive hongos secos que se hidratan en caldo o en vino o en agua tibia, de todo eso un puñado generoso; (e) una olla con 3/4 litros de agua potable (ponela a hervir antes de cocinar el Risotto) (f) un caldito de verduras con azafrán y sino de gallina o carne; (g) Queso parmesano rayado; (h) sal y pimienta; (i) un vaso de vino blanco seco; (j) una cuchara de madera, y lo más importante (k) el arroz. Carnaroli para los entendidos, que bien puede reemplazarse por el Gallo Doble Oro en situaciones de emergencia dineraria.
Cuando todo está listo (y más o menos ordenado sobre la mesa, a ellas no les gustan los tipos enquilombados en la cocina), abris un buen vino tinto, te le acercás despacio pero con mucha seguridad y le decis: “el Risotto se cocina de a dos”. Nada más. A esta altura, el primer tiempo es tuyo y con la hinchada que te alienta.