Es así, Vito. Desde mi humilde categoría "Grumete", y con horas de navegación a motor que apenas podrían contarse con los dedos, sólo puedo dar fe de lo que observo: al acelerar, llega un punto en que el motor se dispara (como si hubiera apretado el embrague en el auto), y la embarcación pierde velocidad. Al bajar revoluciones, parece que de nuevo "agarra" y retoma.
Cuando me pasó por primera vez me acordé de un concepto de física, y ahora acabo de chequearlo. CAVITACIÓN, ese es el tema, un efecto hidrodinámico cuando el agua o cualquier otro fluido pasa a gran velocidad por una arista afilada (como las de las hélices). El proceso se parece a la ebullición, un cambio de fase (líquido a gaseoso), pero concretamente y en términos más simples, parece que la combinación agua-burbujas (tan valorada en gaseosas y espumantes), no se lleva bien con las hélices, ya que les impide "atornillarse" al agua y quedan --literalmente-- girando en el aire.
Eso confirma que mi hélice es la culpable, y que tendré que resolver el tema, y aunque tengo amigos que dudan sobre las hélices de palas intercambiables, pero parece un producto serio, y tiene buena historia en el EE.UU. y el mundo. Me preguntaba si alguien de la isla las conocía y podía opinar.