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« en: Julio 30, 2008, 06:47:19 pm »
Supongo que esta experiencia la habrá vivido más de uno.
Desde el primer día que me instalé en la Isla me visita un "Perro de Rió" de pura raza Delta. No me jodan: no hay perro como ese en ningun lugar del mundo. Protege mi casa, duerme a la intemperie aún en invierno, ladra a los motonautas, espanta el bichaje, nunca se queja, nunca molesta, y como lo que le dan.
Por supuesto, sabe nadar sin ser "perro de agua", precisamente porque es un perro de Río. Fiel y noble. Si no le doy de morfar se busca su propia comida en el monte (tiene unops colmillos que sustan). Y una curiosidad: Juro por la luz de la pantalla PC que este perro sabe reirse. Digo bien: se ríe de alegría. Si lo llevo a Tinelli me lleno de guita. Y confieso que no me gustan los perrros (ni mucho menos las perras), pero el Bandido no jode a nadie y vive su vida sin pédir siquiera una caricia.